La cirugía de reducción mamaria se encarga de eliminar los excesos de grasa, glándula y piel en las mamas, reacomodando estructuras y dejando como resultado unas mamas proporcionales al resto del cuerpo y corrigiendo la dorsalgia causada por el excesivo peso en esta zona y las malas posiciones.

Esta intervención va a tener distintas formas de cicatrices que varían desde solo alrededor de la areola para los casos mínimos hasta la famosa cicatriz en ancla, la más usada para verdaderos casos de gigantomastia.

La cirugía tiene una duración de 2 a 4 horas, se recomienda una noche de hospitalización y la recuperación suele ser bastante rápida, con un gran alivio para nuestras pacientes desde los primeros días en cuanto a sus problemas de espalda. Sin embargo debido a las cicatrices que dejamos, es recomendable un seguimiento de alrededor de 1 año después de la intervención para identificar y corregir cualquier alteración de las mismas, como dehiscencias, queloides, cicatrices hipertróficas y atróficas.